Siempre en el momento indicado, logrando lo que se espera.
Llega cuando más se le necesita. Y cuando no, también.
Ahí está, ayudando a todos. Resolviendo los problemas de la ciudad.
Incluso si la ayuda no le es solicitada. Es preventivo. Es correctivo.
Con ese afán casi enfermizo de hacer el bien. Criticado, afamado.
Lejos de los reflectores, aunque siempre está ahí, robando cámaras.
Sí, el héroe perfecto. El que piensa en otros antes que en sí mismo.
El que rescata de las situaciones difíciles. Una hazaña más.
Sin buscar el reconocimiento, pero teniéndolo siempre a la mano.
No cabe duda que ante el más pequeño peligro podemos contar con él.
El terror de los malvados. Haciendo el bien sin mirar a quien.
Olvidándose de todo mas que cumplir una misión más.
Sin duda, sin egoísmo. Sin vanagloria.
Protegiendo desde luego, su verdadera identidad.
¿Qué hay detrás de ese traje con el que todos lo reconocen?
¿Hay un ser humano? ¿Miedo, sueños?
¿Esperanza, espíritu, necesidades físicas, amor?
No debe importar, pues es el héroe perfecto.
Súper poderes. Múltiples habilidades. Lee la mente. Es casi un Dios.
Salvó el día... Es más, ¡al mundo!
Pero ¿Quién lo conoce verdaderamente?
No es lo que representa, realiza o a veces dice.
¿Alguien conoce qué hay en su corazón?
¿De qué valen tantos actos de bondad, tanto talento?
Parece en realidad que él es quien más necesita ser rescatado...